Leo en mi diario de C.O.U (Curso de Orientación Universitaria): "Para ser un buen profesor hay que reunir dos condiciones: la condición académica (saber explicar y, por supuesto, conocer perfectamente la materia) y la humana (saber llegar a la raíz del problema, a la humanidad del alumnado, no somos máquinas que se montan en cadena)." Me quedo pensando en mí como profesora. La condición humana la cumplo de sobra, siempre la he cumplido como profesora. La condición académica, no sé. Es verdad que conozco perfectamente la materia, eso lo cumplo, pero no sé si sé explicar. Creo que sí, al menos, me esfuerzo por intentar que lo entiendan. Así que, quizás sí sea una de las profesoras que le gustaban a mi yo de los 17.
Creo que, si no fuéramos la misma persona, a la Ana de 17 años le habría gustado la profesora de 47 años que soy ahora, treinta años después. Habría escrito sobre ella en su diario y le habrían gustado mis clases.