No sé si la Michelin con 12 inspectores puede abarcar lo que dice que abarca en la portada de la guía.
No sé si se siguen visitando restaurantes cuando a los únicos que leo en las redes sociales es a sus cocineros/empresarios y a las agencias de prensa que les asesoran.
No sé si los «blog trips» son tan efectivos y eficaces como pretenden hacernos creer. A lo mejor sí.
No sé si los blogs gastronómicos están perdiendo fuelle y vendiendo el alma al parné en vez de ser voces alternativas y con estilo propio. ¿Por qué no parné e independientes?
No sé si los congresos gastronómicos, además de negocios lícitos, aportan algo más o necesitan «tormentas y tormentas de ideas».
No sé si la relación entre empresas y blogs es simbiosis o «parasitación».
No sé si los concursos de cocineros, nacionales e internacionales, comprenden que lo único valorable es la técnica, nunca la cocina del país.
No sé si le interesa a alguien todo esto salvo a mí, que la verdad, no me quita el sueño.
No sé … (¿no es lo que siempre decía el muñegote de Ronaldo en Canal plus?)
