¿Y tú, cocinero, chef, creador, crack, estrellado, qué haces por tu sector? Ah, que tu sector es un «sálvese quién pueda». Ya. ¿Oye, tú, megacrack, sólo te mueves por pasta? Ya. Entonces cuando hablas de tus campesinos, tu carnicero, tu pescadero, tu panadero es por imagen y tal. Bueno, muy de nuestros tiempos la verdad.
Sabes lo que te digo, que no es buena práctica. A ti se te «parte el alma» porque desaparecen los pequeños productores. Te vanaglorias delante de tus comensales diciendo que esa caballa te la trae «uno de Galicia», que llega todos los días, que seleccionada para ti. Te gustas exhibiendo tus estrellas pero no demuestras que alguna de sus puntas pertenecen a tus proveedores, your vendors (que se note mi That’s English)
Pues amigo, colega, ellos y ellas son tu sector. La gastronomía son ellos antes que tú. Y a ti, que ya has salido en los papeles, o no aún, a ti que te llaman para asesorar, para entrevistar, para marcar rutas, a ti va mi ruego, escucha:
¿Sabes bien lo poco que te costaría colocar en tus cartas, en tu puerta, en cada entrevista, en cada ponencia, los nombres de tus proveedores? ¿Imaginas la autoestima que imprimirías en ellos y ellas? ¿Has pensado alguna vez que tan poco por tu parte provocaría que fueran respetados, atendidos, reclamados, lo que redundaría en mayor riqueza para todos?
Yo lo veo así, querido colega. ¿A qué tienes miedo? ¿A que sean productos humildes? Imagina la cara de felicidad que provocaría en un amo, ama de casa saber que la gallina con la que haces el caldo la compras donde ella va cada día a por alitas.
Se trata de compartir, de crear riqueza y autoestima a tu alrededor, de provocar emociones, de agradecer esfuerzos, de justicia, créeme.

