¡Deseos renovados de felicidad!

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No son buenos tiempos; aunque siempre deseamos que sean mejores no son, digo, buenos tiempos. A la de Siria le siguen guerras como la de Ucrania, genocidios como el de Gaza y un plantel de dirigentes políticos inmensamente ricos, inmensamente ambiciosos e inmensamente egoístas y despiadados que alientan el belicismo, las injusticias, injerencias en los asuntos de otros países, amenazas, actos terroristas e inhumanos. Las ideologías de extrema derecha, filofascistas y neonazis, nos hacen recordar la triste historia de mediados del pasado siglo XX, la guerra de España y la II Guerra Mundial. No son buenos tiempos. Se cierran las fronteras y los emigrantes o son devueltos a sus países o son marginados y explotados laboralmente. La ley del más fuerte y el egoísmo ciego conduce al negacionismo y el atropello y persecución de las personas honestas; puede ser a través de los medios con bulos, mentiras, noticias falsas para promover juicios injustos, amenazas directas o indirectas para silenciar al discrepante, a los que quieren un mundo más justo, a los que desean un planeta habitable para las generaciones venideras.

No puedo decir que las cosas van bien cuando millones de personas sufren estas injusticias y todos estamos en el filo de la navaja, incluso los que votan a los ricos más ricos del planeta que odian y les sobran los pobres más pobres. Peor aún, que sean los pobres los que aúpen a tiranos.

Y, sin embargo, quiero desearos felicidad aunque sea recordando los peligros que nos amenazan como género humano. Quiero desear que seamos capaces de conquistar un futuro mejor. Sin engañarnos. Las cosas están mal.

Vayan los deseos acompañados de una copla al ramo leonés de navidad y un bello villancico; las letras son de quien escribe, las músicas del amigo y paisano Víctor F. Mallada, Paco para los amigos de infancia y pueblo. Salud.

González Alonso

Plato de percebes

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PLATO DE PERCEBES
(Al amigo y poeta J.J.M. Ferreiro)

Músculo y brío, fe sobre la roca
que ante el mar y las olas, desafiante,
alzas tu cuerpo en el batir constante
del agua desatada en furia loca.

En la pota el calor cuando te toca
con la sal y el laurel, en un instante,
eres lujo de mesa en restaurante,
golpe de mar que estalla en nuestra boca.

Océano de espumas en el plato
con tus recios aromas y sabores
nos seduces y rindes de inmediato;

desvistiendo tu carne sin recato
desatas en pasión nuestros amores
y en amor la pasión con arrebato.

No hay nada más sensato
que ante manjar tan rico y deseado
vencer la tentación con el pecado.

González Alonso

Pan candeal

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PAN CANDEAL

Candeal, pan sobado, miga prieta
en masa que reposa sin tardanza
y en amasado lento, lento alcanza
la más alta virtud de esta receta.

Ningún otro gran pan tu fama inquieta,
ninguno te supera en comparanza
ni resiste en sabor la semejanza
ni el hambre como tú ninguno aquieta.

Pan aflorado, bazo, pan cenceño,
de tardajos, pan ácimo, sentado,
con el tremés compiten con empeño.

Pero de todos este pan bregado
que en el horno de leña es pan de leño
será en la blanca hogaza el más preciado.

González Alonso

Marcelino y su carretilla

Marcelino y su carretilla

ImageEntre tantos como fueron en aquella década de infancia de los 50 del pasado siglo XX en La Pola de Gordón, me viene a la memoria la imagen de Marcelino y su carretilla. Era un hombre joven, con una chepa no demasiado prominente, moreno y de estatura mediana, que no gozó de muchas luces ni, en ocasiones, de demasiadas buenas intenciones cuando hacía alguna de las suyas entre la ropa tendida a la orilla del río o cualquier otra barrabasada.

ImageAunque no llegó a aprender a leer ni escribir, lo de ser maestro para mandar y tener a los guajes quietos debió de gustarle bastante, así que era frecuente que los niños y niñas más pequeños del pueblo pasaran por su particular escuela organizada al aire libre. Cuando conseguía reunir a media docena de rapaces, los hacía sentar en el suelo y hacer que escribieran o hicieran como que escribían en un trozo de teja, en el suelo o en una pizarra, usando para escribir un trozo de yeso. En fin, que aquella parodia duraba lo que duraba la paciencia de los improvisados alumnos hasta que salían corriendo cada uno en una dirección y Marcelino en la de todos y en la de ninguno, con lo que se daba por finalizada la clase. Sigue leyendo

William Shakespeare y compañía.- Vanessa Martínez, Gustavo Galindo y Pedro Santos

William Shakespeare y compañía
Escrita por: Vanessa Martínez; Gustavo Galindo; Pedro Santos

COMPAÑÍA TEATRO DEFONDOImage
Dirección: Vanessa Martínez
Intérpretes: Gustavo Galindo; Esperanza García-Maroto; Ángela Garman; Vicenç Miralles; Pedro Santos; Rocío Vidal
Teatro Barakaldo, 29 de noviembre de 2025

Los clásicos, en esta ocasión William Shakespeare, nos sirven extraordinariamente bien para diagnosticar los males arrastrados por las sociedades modernas. Será el drama de Otelo el que funcione como una radiografía a través de la que descubrir la enfermedad, tal vez incurable, de los protagonistas de la tragedia humana. Egoísmo, rencor acumulado, antipatías, odio, vanidad, acoso y abusos sexuales, violencia, dogmatismo ideológico, frustración o envidia; todo ello se desliza detrás del trabajo cotidiano, los proyectos, la colaboración, la amistad, el compromiso, la voluntad de progreso, el respeto y el reconocimiento. Cada cosa y su contraria se irá plasmando en las relaciones personales de cada intérprete de una compañía que pretende representar el Otelo de W. Shakespeare. Cuando se paran a pensar en sus personajes, defenderlos y justificarlos, esos personajes se harán dueños de sus personas y removerán las razones y sinrazones de su existencia; juzgando a los personajes de ficción acaban juzgándose a sí mismos.

Todo transcurre tras la segunda puesta en escena  de Otelo y la cena que sigue en un restaurante a la representación en la cual la trama de la obra se entrecruzará con la trama de sus propias vidas. Pretendiendo dar sentido a lo representado terminarán encontrando el sinsentido de cada escena de su vida.

ImageLa obra, de carácter circular, se abre y se cierra con la misma escena, la del asesinato de Desdémona a manos del celoso Otelo; la diferencia entre una y otra es que en la primera el crimen tiene un carácter tragicómico haciendo reír al espectador; en la segunda ocasión, la que cierra la representación, el carácter trágico no deja lugar a la risa. Por medio queda en suspenso la realidad del personaje de la operadora de luz y sonido –que antes fue actriz- alcohólica y depresiva tras una historia personal de acoso sexual sin resolver; la realidad de la joven actriz debutante viviendo también una situación de acoso por parte del actor principal, con cierta fama e influencias y muchas promesas de trabajo para la debutante; también se nos muestran las miserias y resentimientos de una pareja rota y la situación del eterno y frustrado actor de segunda fila. Sigue leyendo

El rey Lear.- William Shakespeare

El rey Lear
William Shakespeare
Teatro Serantes, Santurce.- 22 de noviembre de 2025

COMPANHÍA DO CHAPITOImage
Dirección: José C. García
Reparto: Carlos Pereira; Susana Nunes; Tiago Viegas

Crónica de una decadencia –la del rey Lear- y una diatriba mordaz de la ambición y la obsesión ciega por el poder, la ingratitud filial, los enfrentamientos violentos y la locura que subyace en la crítica social del texto.

¿Y cómo lo hacen? Desde luego, con un trabajo minucioso y un estudiado humor, con desenfado, naturalidad y recursos que pasan por el gesto, la expresión corporal, el mimo y lo mejor y más representativo del teatro del absurdo. No hay decorados y la austeridad de elementos sobre la escena traslada toda la carga interpretativa a la voz y el cuerpo.

En cierto modo, este ejercicio de metateatro que se cuestiona la misma representación e involucra al espectador en su desarrollo con guiños, preguntas retóricas y solicitud de aplausos, pone en solfa el texto canónico con su contenido crítico y solemnemente trágico de William Shakespeare. El resultado buscado es la denuncia de lo más esperpéntico de la condición humana y sus pasiones. Y todo ello –sin perder el respeto por la obra de Shakespeare cuyo argumento seguirán de manera fiel- hace que lo trágico aflore en cada gesto y la risa provocada en cada escena.

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La adaptación de esta pieza teatral es una verdadera obra de arte, elaborada y compleja, enfrentándose a un gigante de la Literatura y una de sus obras más representativas y emblemáticas. Lo hacen estos tres intérpretes –una actriz y dos actores- con la capacidad de mostrarnos en toda su diversidad a todos los personajes, ejércitos, batallas y circunstancias del argumento en su desarrollo. Sigue leyendo

PLOTINO

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PLOTINO
(Licópolis, 205/270)

Plotino, austero, así explica la realidad  última;
algo más allá –clama y declama, protesta y dice- del confín del  pensamiento
y el lenguaje.

Plotino era un poeta y disertaba
en la escuela  platónica de Alejandría;
aunque  él, como filósofo,
no alcanzara a pensarlo
como lo piensa el poeta
en sus poemas
y quejas.

No tienen las personas –nos grita y nos advierte- capacidad  mental
de comprender  la realidad  última en sí misma
-expone-
ni tampoco entender la implicación
y el alcance total de su existencia
entregadas como están, ay, al  hacedero
y tan trillado camino de la fe
y la certidumbre.

Se han sumado las épocas, multiplicado los tiempos,
y  pasado las guerras
por los cimientos  roqueros de las más altas y poderosas
fortificadas ciudades, desaparecido
imperios
y nacido naciones.

Empero,  las palabras de Plotino resuenan  con su  torva  belleza
todavía
de oráculo que se hace  augurio
y enseñanza
en  laberintos de argumentos de la augusta matemática
y la filosofía.

Fueron, digo, en verdad, buenos tiempos aquellos
de entrega al conocimiento
y al aprendizaje
los tiempos de Plotino y  los neoplatónicos estudiosos
regalados de virtud como las uvas
se arraciman en las viñas.

Y hoy creo que, como nunca lo han sido, fueron tiempos también
de inmejorable poesía
de la ciencia
arraigada en  el verbo reflexivo
de la bien arbolada fronda de la razón.

Debemos –digo-  a Plotino muchos versos, todos
los que discurren buscándose a sí mismos,
todos los que escriben nuestras vidas
con su carácter melancólico y reflexivo
y todas las lecciones
pronunciadas en la escuela de Roma
con vehemencia
para los siglos.

González  Alonso

Polma y Curienno

Leyenda de Polma y Curienno (Porma y Curueño)

ImageA los romanos no les resultó fácil la conquista de unas tierras encrespadas de riscos y montañas defendidas por las tribus astures que poblaban el actual territorio leonés. Para defender el oro de Las Médulas plantaron en estas tierras la Legio VI y luego la Legio VII que, con el paso del tiempo y durante la Edad Media, darían nombre al Reino de León.

Pero si los guerreros astures supieron mantener una guerra larga contra el imperio romano para defender sus valles y sus poblados, cuando la razón de la lucha era el amor, nada les hacía retroceder. Así ocurrió que estando Curienno, uno de los bravos guerreros de las montañas, enamorado de la bella Polma, se dio la circunstancia de que el cónsul romano Canioseco fuera a fijarse también en la joven doncella astur y, prendado de su singular hermosura, decidiera llevársela al campamento de León con la determinación de tomarla por esposa.
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El cuento de Ajú y Ajá

Ajú y Ajá
Un cuento para Miguel, mi segundo nieto

ImageAjú vivía en la cueva de La Loba, que se abría en la pared rocosa de la Montaña Blanca por encima del bosque.

Ajá se había construido una cabaña en el valle, a la orilla del río. Era un joven de pelo castaño y ojos oscuros que cultivaba una pequeña huerta, conseguía truchas en las frías aguas del río y extraía miel de los panales que las abejas construían en el bosque.

Ajú era un fuerte y experto cazador, alto, rubio y de ojos claros que conocía muy bien las distintas clases de hierbas del monte y sabía cómo usarlas para hacer ungüentos y bebidas saludables; también entendía el comportamiento de las águilas y halcones que anidaban en las rocas.

Ajá era igualmente diestro con el arco, y ambos, cuando les hacía falta, se adentraban en el bosque en busca de leña para el fuego o de algún animal que cazar.

ImageUn día que salieron de caza se movían por el faedo con sigilo, escuchando con atención todos los ruidos y buscando en el suelo rastros de huellas de los animales que al amanecer bajaban a beber al río. Ajú no sabía que Ajá estaba de caza, y Ajá tampoco sabía que Ajú se encontraba en el bosque.

Después de un tiempo de andar apareció un jabalí negro y enorme que se entretenía hozando en el suelo en busca de raíces. Ajú se quedó inmóvil para no asustar al animal y con sumo cuidado colocó una flecha en su arco. Ajá, comprobando que el viento no llevaba su olor hacia el jabalí y que no había peligro de que lo descubriera, se detuvo y preparó el arco con una flecha de su carcaj. Ambos tensaron con fuerza los cordones de sus arcos y apuntaron al jabalí negro que abría agujeros en el suelo del bosque en busca de comida.

ImageLas flechas de los arqueros  salieron silbando al rasgar el aire en busca de la presa y alcanzaron al jabalí al mismo tiempo, dejándolo muerto al instante.

Cuando  se acercaron al jabalí, Ajú y Ajá se miraron sorprendidos y, por un momento, se quedaron quietos sin saber qué hacer; pero enseguida corrieron hacia la pieza recién cazada y la agarraron, sujetándola uno por las patas delanteras y el otro por las traseras, para llevársela. Sigue leyendo

Algarabía

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ALGARABÍA

Aún recuerdo tu mano reposando en mi pecho,
el brillo de tus ojos buscando en la mirada
más allá de los míos la luz de los ensueños,
alegre algarabía de abrazos entre sábanas.

Fuiste rumor de otoño como fueron los besos
manantial del amor, ángeles en su vuelo
desnudos por los aires inquietos del deseo.

Esquivos, los recuerdos me visitan a veces
y la tristeza entonces se hace dueña del alma
como se hace la noche oscuridad y sombras
que agitan los fantasmas de la melancolía.

Puedo también, entonces, evocar tu sonrisa,
tu pelo libre al aire y el calor de tus pechos,
tu cintura estrechada al nudo de mi abrazo
y en tu voz el aroma de la pasión diciendo
temblorosos los labios las palabras te quiero.

Ahora que la distancia de la vida y los años
arropa la memoria borrosa de las cosas
tal vez pueda al resguardo de los días lejanos
nombrarte sin dolor y sin dolor nombrarme
cuando inunden mi aliento con su rumor callado
las olas que remueven el sueño silencioso
de las finas arenas en las playas del tiempo.

González Alonso

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