domingo, 21 de diciembre de 2025

TECNOERRORES CONTRA NATURA

 Resulta tan incomprensible como descorazonador que después de cada desastre natural se siga respondiendo con la “reconstrucción” de lo que había y aplicando “soluciones” tecnológicas de dudosa eficacia. Es poco inteligente y poco prudente, porque prolonga el problema e incrementa la exposición humana y la vulnerabilidad de los territorios en riesgo.

Un ejemplo evidente es la DANA de Valencia, tras la cual sus responsables políticos han querido tapar la negligente y pésima gestión del evento con una prometida reconstrucción, que no es sino una huida hacia adelante que no soluciona nada, que es cara e inútil para las viviendas y negocios afectados, y muy jugosa para los lobbies de siempre, es decir, para el sistema tecnocapitalista ultraliberal que nos domina, un muy buen negocio para unos pocos.

La DANA del 19 de octubre de 2024 demostró, en primer lugar, la negligente tardanza y despreocupación de los responsables del aviso a una población localizada en la zona de mayor peligrosidad por inundación de toda Europa, cuando había pruebas y alertas más que suficientes para haber tomado medidas drásticas mucho antes de la tragedia. En segundo lugar, ha demostrado el fracaso y la suma imprudencia de nuestro modelo urbanístico y económico especulativo, con un crecimiento totalmente excesivo e inadecuado en zonas inundables perfectamente conocidas. Pero todo lo que la ciencia sabía y sabe resulta ninguneado, como en tantos otros casos, por la tecnología, aliada con el negocio. Por eso pasa lo que pasa y, después de que pase, se recurre a las medidas tecnocráticas de siempre, las que nunca sirvieron. La falsa seguridad en unas presas y canalizaciones que no sirven para eventos de gran magnitud y el engaño especulativo que se apoya en esa falsa seguridad terminan llevando al desastre. Y lo más triste es que se pretende salir del desastre con las mismas medidas que no sirvieron, o sea, con más presas y embalses y reconstruyendo lo destruido con las mismas características, para dejarlo expuesto a la siguiente inundación, que será igual o peor.

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La ciencia, los mapas, la prudencia y el sentido común demuestran que hay soluciones basadas en la naturaleza mucho más eficaces: que hay que devolver espacio a los ríos, que hay que quitar todo lo posible de las zonas inundables, que hay que retirar centros educativos y sanitarios de los antiguos cauces hoy difuminados en la trama urbana, que hay que permeabilizar la ciudad, abrir espacios verdes, derribar manzanas enteras, abrir plantas-calle y clausurar sótanos en cada edificio. Hay que transformar, permeabilizar y naturalizar, no reconstruir. Hay que adaptarse a la inundación, imitarla, no luchar contra ella. Hay que mejorar aún más los sistemas de alerta y emergencia, no invertir en tecno-errores como los muros, las presas, los encauzamientos que solo traerán más velocidad del agua y más daños.

Pero claro, esas medidas basadas en la naturaleza son mejores para la gente afectada directamente y para la salud global de las personas y del planeta, pero no para el negocio constructivista y especulador. Qué es eso de mejorar lo público y reducir el riesgo con una buena planificación de la ciudad y el territorio, ni hablar. Hay que seguir invirtiendo en hormigón, y después de la siguiente inundación otra vez, y así se mantiene y aumenta el negocio. Y además la gente contenta, y votando, porque son “soluciones” cortoplacistas que se ven, porque nadie les dice que hay otras alternativas, porque es mejor seguir en el engaño y que no caiga el precio de los pisos.

No quiero terminar sin referirme a otro caso de tecno-error contra Natura, no tan mediático como la DANA, pero mucho más extendido en todo el territorio: las obras de emergencia tras crecidas. Se ha cogido la costumbre, todos los años y en todas las cuencas, de reservar presupuestos “medioambientales” para actuar en cauces que han tenido alguna crecida, pero no solo rehaciendo puentes o acequias dañadas, lo cual es coherente, sino destruyendo totalmente el cauce con maquinaria. Son acciones sin proyecto, sin evaluación de impactos, al libre albedrío del operario que lleva la máquina, que de forma tan sistemática como injustificada va labrando un lecho recto con agua en el centro del cauce y va acumulando las gravas hacia los laterales sobreelevando las orillas. Así destruye la geomorfología, la vegetación, la configuración del río, en una alteración de graves consecuencias ambientales que no resuelve nada, que solo sirve para el negocio del lobby correspondiente, que engaña profundamente a la población local (que cree que tiene utilidad y aumenta la seguridad) y que normaliza el impacto sobre los ríos y la desnaturalización de su función geoecológica y de su imagen. En fin, otra acción tecnocrática errónea y degradante contra la naturaleza, pero que forma parte de la inercia retrógrada del “siempre se ha hecho así”, de aquellas “correcciones” de torrentes, de esa viejuna necesidad de domesticar algo tan dinámico como un río. Da escalofríos y vergüenza ajena pensar que en las escuelas de ingeniería y en los módulos formativos profesionales en 2025 se sigue explicando al alumnado cómo hacer estas chapuzas y se convenza de que hay que hacerlas.

Es muy probable que en el futuro haya más DANAS y más crecidas y, por tanto, cada vez habrá más ríos destruidos y más población en riesgo. Caminamos hacia nuevos desastres “naturales”, de enorme responsabilidad humana en su génesis, en su gravedad, en sus consecuencias y en las medidas posteriores. En un mundo cada vez más ciego ante lo medioambiental (una simple traba que hay que esquivar) y cada vez más esclavo del crecimiento ultraliberal (con la tecnocracia a su servicio), no cabe duda de que el futuro es muy oscuro.

lunes, 8 de diciembre de 2025

LAS MALAS PRÁCTICAS NO CESAN

Pasan los años y las malas prácticas perviven. El pasado jueves (4 de diciembre) estuvimos de prácticas de campo con el Master en Ordenación y Gestión del Territorio y el Medio Ambiente (Universidad de Zaragoza) en el cauce del río Cámaras en Azuara. Como este año 2025, en concreto el 13 de junio, este río vivió una notable crecida, ha sido objeto posteriormente de una de esas habituales obras de emergencia destructivas de la geomorfología fluvial. El cauce, uno de los trenzados más extensos e interesantes de la cuenca del Ebro, ha sido dragado y destrozado en varios tramos, tanto en el Cámaras como en el afluente Herrera. En la foto se observa la lamentable e inútil actuación en el Cámaras en Azuara. La típica excavación central acumulando gravas en los laterales. Procederemos a la denuncia correspondiente. No puede ser que en 2025 se siga actuando así. Habrá que exigir la restauración del cauce, una tarea muy compleja, y esperar y desear una nueva crecida del río que corrija la chapuza humana ejecutada.

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domingo, 13 de octubre de 2024

MALAS TRADICIONES Y RAMBLAS A LAS QUE CONVIRTIERON EN CALLES

Típicos del verano, que ya ha pasado, hay aspectos que nos anclan al pasado y evolucionan poco y mal, reflejo de un mundo que no se conciencia, que no avanza, como si el tiempo se detuviera en verano para repetir las tonterías de todos los veranos anteriores. Pero me voy a centrar solo en tres aspectos concretos tras este verano de 2024. 

El primero es la forma actual de hacer turismo, basada en recomendaciones de influencers y en coleccionar selfies, abarrotando lugares determinados, dañando su naturaleza, a la que se falta el respeto. Bañarse en espacios protegidos riéndose de las normas, invadir cauces y pozas, alterando su geomorfología haciendo represas, o levantando esas ridículas torrecitas de cantos y gravas superpuestas que se han puesto de moda en ríos y costas. No hay ningún interés por aprender, por integrarse en el paisaje, por disfrutar conociendo, observando; hay que hacer tonterías para poder sacar la foto llamativa. Como ese público de las pruebas ciclistas que se disfraza y hace el memo para sacarse la foto, importándole un rábano el deporte y poniendo en riesgo a los ciclistas. ¿Cómo frenar todo esto? Y no intentes comprar un libro, ya ni tan siquiera hay tiendas de souvenirs, no queda más que el turismo simplón de comer, beber y hacerse selfies en lugares masificados. 

A estas malas costumbres del verano sumamos “nuestras tradiciones” aún peores, en especial las asociadas a la barbarie de los toros y la tortura animal. Festejos taurinos y vaquillas por todas partes, fomentados y publicitados a tope en los medios de comunicación con dinero público, incluyendo retransmisiones televisivas en horario infantil. Esa gran vergüenza que mantienen "porque es la tradición". ¿Cuándo acabará esto, cuándo nos convertiremos en una sociedad avanzada que elimine de una vez estas tradiciones malas, casposas, asquerosas? 

Ya está bien, memoria sí, tradición no. La memoria es una responsabilidad y un legado para aprender y no volver a cometer errores del pasado, pero la tradición no puede ser un ancla inamovible, tenemos que luchar por eliminarla si es negativa, recordarla para no repetirla, y eliminarla.

En tercer lugar, el verano concluyó con tormentas, como correspondía y era de esperar, y ha seguido con un inicio de otoño con eventos lluviosos. Y ahí está de nuevo la imprudencia compartida, la falta de memoria y de conciencia, la falta de respeto a los fenómenos naturales, a los que se echa la culpa. Se repiten hasta la saciedad los dos mantras erróneos de siempre: “nunca hemos vivido nada igual” y “esto pasa porque los ríos están sucios”. Y los medios de comunicación nos deleitan con titulares como “¡calles convertidas en ríos!”. Cuando la realidad es la contraria: son las ramblas y los ríos los que fueron convertidos en calles, a base de soberbia y pelotazos, nefasto urbanismo y una inexistente ordenación del territorio. Y luego cuando llueve los ríos y las ramblas demuestran cuál es su espacio, nada más. Y así nos despedimos del verano.

De la matraca de las tradiciones taurinas y de las tormentas inexplicables pasaremos en un par de meses a la matraca del esquí estratégico para seguir justificando y poniendo cañones de nieve, otro turismo de lo más “sostenible”. Hasta que llegue el nuevo verano, el de 2025, y volvamos al mismo turismo tonto, a las mismas malas tradiciones, que para eso es la costumbre, y a que las ramblas vuelvan a evacuar el agua de lluvia, que es lo que tienen que hacer.

sábado, 5 de diciembre de 2020

LA ISLA DEL EBRO "DENUNCIADA"

El titular ya es tremendo: "Denuncian la presencia de una isla de grava" en un río de gravas que tiene y toda la vida ha tenido islas. ¿Cómo se puede denunciar a un río por ser río y ser como es?
Por cierto, la isla ha existido siempre, no hay más que verlo en fotografías aéreas antiguas. Antes de la construcción del puente se encontraba pegada a la orilla de Movera.
Luego el artículo está lleno de apreciaciones que demuestran el nulo conocimiento sobre cómo funciona un río y sobre cómo es el Ebro de estos concejales.
Desde el ámbito científico no podemos permitir que se hable de esta manera, sin fundamento, sin saber, con graves errores, ni que la prensa se haga eco de ello y que cualquier persona pueda leerlo y se lo crea.

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Esta isla justo hasta hace un mes ya ha sido objeto de dragado y limpieza, como se observa en la foto, de forma injustificada y para no solucionar nada. El puro placebo de siempre.

Precisamente esa isla se sitúa en un punto de notable incisión en el cauce del Ebro, una incisión provocada por los 40.000 m3 de grava que se extrajeron para construir el puente. Precisamente no hay exceso de gravas, sino un claro déficit de sedimentos que está encajando el cauce y descalzando la orilla del soto de Cantalobos. Con este déficit, que cualquier visitante iniciado puede observar con claridad en el terreno, la estabilidad del puente está comprometida si se cometiera la torpeza de eliminar esa isla.

Las acumulaciones de sedimentos no incrementan las inundaciones. Esto está demostrado científicamente en ríos como el Ebro. Los sedimentos en crecida están en tránsito y no ocupan sitio. Invertir en limpiar y dragar es tirar el dinero. Las restricciones ambientales y las directivas europeas no están ahí por capricho. 

Que no teman en Villafranca de Ebro, que las gravas de esa isla necesitan unas 15 crecidas importantes para llegar a esa localidad. Lo harán ya en el siglo XXII, cuando espero que haya bastante mayor sensibilidad y conocimiento fluvial y ambiental que en la actualidad.

Ofrezco a estos concejales, y a otros, de cualquier partido político, un curso de geomorfología fluvial y transporte de sedimentos. Podríamos desarrollar una iniciativa tan exitosa como la Escuela de Alcaldes que puso en práctica la Confederación Hidrográfica del Duero.

domingo, 1 de noviembre de 2020

RÍO MIJARES: ¡¡¡ DERRIBO DE LA PRESA DE TORANES YA !!!

No hay nada más dañino para un río que una presa y su embalse. Por eso la medida de restauración fluvial más implantada en todo el mundo es el derribo de presas caducadas y obsoletas. En España ya se han superado con creces las 200 presas demolidas.

El Mijares en su tramo aragonés es un río precioso con enormes valores ecológicos y paisajísticos (puedes consultar este informe que realizamos en 2018). Pero también tiene problemas, destacando entre ellos la existencia de la presa de los Toranes, que altera la hidromorfología fluvial localmente y aguas abajo.

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Construida en 1954, con 17 m de altura y 30 m de anchura de coronación, generando una superficie del vaso de unas 8 hectáreas. En 2018 caducó su concesión a nombre de Iberdrola y tres particulares. Desde varios ámbitos se planteó su demolición, que fue aprobada por la Confederación Hidrográfica del Júcar y por la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. A raíz de ello surgieron en el valle voces a favor y en contra de la demolición, en una polémica que continúa.

Defender un embalse dañino en el propio territorio afectado es surrealista y refleja un profundo desconocimiento fluvial. Lógicamente el embalse se defiende para unos pocos intereses particulares, para los que existen alternativas sencillas y sostenibles (abastecimiento de huertas, limpieza de lodos acumulados en el embalse). Destacar también el papel de los medios, como el Diario de Teruel, que ha dado voz de forma continua a quienes defienden la conservación del embalse y sin embargo se ha negado a publicar las notas de prensa a favor del derribo emitidas desde el CIREF. Es un clásico en nuestro país que se tome partido en los medios a favor de negocios particulares y no del bien común, lo estamos viendo con la pandemia.

Los efectos medioambientales, es decir, para todas las personas, para el conjunto de la sociedad, del derribo de este obstáculo serán enormemente positivos. La mejora ambiental del río Mijares será también indiscutible con dicho derribo. La demolición no contará con efectos negativos, sino que mejorará claramente la salud del río, la continuidad y todo el funcionamiento fluvial, aportando beneficios a toda la población del valle del Mijares aguas abajo e incrementando el valor del gran bien común ambiental y cultural de este valle: el río. 

Desde aquí exigimos que se proceda con urgencia al derribo de esta infraestructura obsoleta.

viernes, 23 de octubre de 2020

LA RAMBLA-CARRETERA DE CORBATÓN

El pasado 14 de agosto una fuerte tormenta generó la crecida de la rambla de Corbatón (Teruel). La rambla destruyó, lógicamente, el tramo de hormigón en el que rambla y carretera coinciden. En realidad no es que coincidan, es que la rambla ha sido ocupada íntegramente por la carretera, la rambla es la carretera y la carretera es la rambla a lo largo de unos 600 metros, recorriendo un desfiladero. Es la TE-11 que une Corbatón con Alpeñés.

Los medios locales se hicieron eco de la noticia y la Diputación Provincial anunció de inmediato que repararía la carretera. En septiembre se realizaron las obras. En las diferentes comunicaciones, tanto de la administración como de los medios, me ha llamado la atención la total falta de respeto por la rambla y por su dinámica de crecidas, el que no se haya cuestionado en ningún sitio la inconveniencia de que una carretera circule por ahí y, en consecuencia, que nadie haya propuesto que su busquen alternativas. 

En el siglo XXI consolidar una situación de riesgo como esta es totalmente impresentable y demuestra el nivel de nuestra gestión territorial. He visitado la rambla el 21 de octubre y he estimado que el 14 de agosto circuló un caudal de 60 m3/s. En el punto crítico más estrecho de ese tramo de 600 m el agua alcanzó sin duda los 2 metros de altura, hay restos de la crecida que lo demuestran, y depositó al menos un espesor de 40 cm de sedimentos. La corriente debió de ser impresionante, teniendo en cuenta que la pendiente es del 3,5%, y habría arrastrado, hundido y empotrado vehículos si hubieran circulado en ese momento. 

Y no es la primera vez ni será la última.

Es una enorme irresponsabilidad mantener una carretera ahí. Espero que alguien de la administración sea capaz de llamar la atención y tomar decisiones para evitar catástrofes en el futuro. No voy a entrar ahora, aunque también debería, en la destrucción total de un cauce fluvial interesante y valioso: una rambla ibérica atravesando una alineación de calizas jurásicas en una estrecha hoz.

Quede aquí la denuncia y las fotos. Las realizadas inmediatamente después de la riada son del geógrafo Daniel Mora. Las del pasado 19 de octubre, con la carretera arreglada y ya en uso, son mías.

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La rambla en la fotografía aérea de 1956, antes de que se instalara la carretera.

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Imagen aérea actual, pero anterior a la crecida del 14 de agosto, de la carretera-rambla (Google Earth, 2019)

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Imágenes inmediatamente posteriores la crecida del 14/08/2020

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ImageSedimentos en parte exhumados y movilizados bajo las placas de hormigón arrancadas y en parte traídos por la crecida.

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A partir de aquí imágenes con la carretera ya arreglada. Punto en el que la rambla, que viene por la derecha, penetra en el desfiladero totalmente ocupado por la carretera (19/10/2020)

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Restos de la crecida señalan en este punto que el agua alcanzó 2 metros de altura en el evento de agosto. Con una pendiente de 3,5% y una sección de 8 m2 (4 m x 2 m) se puede estimar un caudal de crecida (fórmula de Manning) de 60 m3/s. En este punto el espesor de sedimento acumulado en fondo del lecho alcanzó 40 cm. Foto 19/10/2020.


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Detalle de la acumulación sedimentaria propia de la crecida en este punto que ha habido que retirar para reconstruir la carretera. 
Foto 19/10/2020.

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Foto 19/10/2020.

lunes, 12 de octubre de 2020

LAS SINRAZONES RESPONSABLES DE LA DESTRUCCIÓN DEL RÍO OSIA

Como queda demostrado en la entrada anterior, el cauce del Osia en el tramo dañado siempre fue trenzado y el cauce rellenado es un cauce secundario en ocasiones, principal en otras, y principal y activo en los últimos años, desde como mínimo 2015.

Una vez consultados los escritos oficiales de la actuación, se puede extraer de ellos y destacar lo siguiente:


1) El 21 de abril de 2020 la Subdirección Provincial de Carreteras de Huesca emite un informe para la declaración de emergencia para la ejecución de las obras de reconstrucción del terraplén de apoyo de la carretera. Este escrito se remitió a la CHE el 5 de mayo (aunque no consta su salida hasta el 12 de mayo). En dicho informe hay varias afirmaciones erróneas muy llamativas que son la base sobre la que se asienta el destrozo realizado:

  • Se habla de una “elevada e inesperada” acción erosiva del cauce y de que fue la crecida de diciembre de 2019 la que “desvía” el cauce y lo coloca junto a la carretera. Esto no es así, el cauce secundario existió desde siempre, en todas las crecidas del Osia era ocupado por la corriente, y además está claro por las fotos aéreas y por la memoria de personas de la zona que como mínimo desde 2015 ese cauce era el principal, el que llevaba agua durante todo el año. No hubo, por tanto, un desvío repentino, y por tanto la acción erosiva era totalmente esperable. El problema es la carretera, no el cauce.
  • Se habla de la “supervivencia en serio peligro” de las áreas de ocio a raíz de la misma crecida. Esto es igualmente falso, el área de Soto Juan Gil se inunda con frecuencia y desde hace al menos 5 años estaba cortada en dos por el cauce activo del Osia que se ha rellenado en esta actuación. Es normal, un área instalada en el cauce, en zona inundable, en zona de ribera, puede y debe inundarse y estar a merced de un cauce activo. No es un nuevo cauce el que la ha dañado, ese cauce siempre ha existido. Por tanto, la actuación de relleno del mismo es totalmente injustificada.
  • Se indica en el informe que no hay ningún problema por actuar y que los efectos ambientales son “compatibles, ya que no hay zonas ambientales de protección”. O sea, que, según este organismo, en las zonas no protegidas se puede hacer cualquier cosa. Vamos, que cualquier tramo fluvial que no esté en Natura 2000 se lo pueden cargar a su antojo.
  • Se vuelve a aclarar que la actuación consiste en “llevar al río por su cauce natural”. Como si el cauce considerado peligroso no fuera natural, construido por el río. Insisto, cauces naturales eran los dos, este que se ha rellenado con la actuación y el otro, que se ha optado ahora para que sea el principal.

2) Las obras en el río comienzan el 15 de mayo.


3) La CHE remitió al INAGA el 4 de junio la solicitud de información sobre la actuación. El INAGA no emite informe hasta el 21 de agosto, justo cuando ya se están concluyendo las obras. En el informe del INAGA se pueden destacar también algunos aspectos inadecuados:

  • Se insiste en que la actuación consiste en “llevar al río por su cauce natural”. Ya ha sido explicado que esto es un error de percepción de consecuencias graves.
  • Se describen unos “efectos potenciales” de la actuación (es curioso que se les llame potenciales cuando la actuación ya ha sido realizada). En ellos no hay ninguna mención a la geomorfología fluvial. Solo preocupan la vegetación y la fauna piscícola. En el propio cauce y sus morfologías se permite todo, sin restricción. Y se indica solo que cuidado con los periodos de freza y con la avifauna. O sea, lo habitual: preocupación exclusiva por la biología y visión muy sesgada, parcial y equivocada de lo que es un río.
  • Se emite una declaración “favorable, ya que no afecta a espacios de la Red Natura 2000”. Lo dicho antes: o eres Natura 2000 o no vales nada, te pueden destrozar.
  • Se establece un condicionado de actuación en el cauce que no se puede cumplir, pues las obras ya están hechas. En este condicionado, en cualquier caso, solo hay preocupación por la freza y que haya calado siempre para los peces, que se proteja la vegetación y que se realicen después plantaciones. ¿Plantaciones para qué? ¿En un cauce?

4) La Subdirección Provincial de Carreteras contesta al INAGA el 7 de septiembre reconociendo que las obras ya se han hecho y que se ha cumplido bastante bien con esos condicionados desconocidos, pues no habían llegado.

  • Se insiste en que el nuevo cauce se abrió en diciembre de 2019, lo cual ya hemos mostrado que es falso.
  • Se señala que “se ha restaurado el cauce a un estado previo en el que el flujo circule por un cauce único sin obstáculos”. He aquí el error clave y el destrozo ejecutado. En primer lugar, a donde se ha “restaurado” no era un estado previo. En segundo lugar, ese río es trenzado, no tiene un cauce único. En tercer lugar, los cauces fluviales son irregulares, no pistas de aterrizaje sin obstáculos. 
  • Se indica también que “se pretende plantar especies arbóreas y sembrar arbustivas en los taludes del cauce entre enero y marzo”. Otro gravísimo error de concepción. ¿Para qué? ¿Para consolidar el destrozo? ¿Para estrechar el cauce y provocar más incisión? En los cauces y riberas nunca hay que plantar, el río lo hará solo a su conveniencia. Ya vale de acciones convencionales y facilonas de supuesta restauración fluvial.

5) El 18 de septiembre la CHE emite un requerimiento de documentación. El 24 de septiembre visita las obras y el 29 de septiembre solicita que el proyecto “conforme obra” se acompañe de un documento técnico de restauración, restitución o adecuación hidromorfológica de la obra efectuada. 

  • Se indica que este documento debe incluir “actuaciones encaminadas a recuperar una dinámica fluvial adecuada en el tramo”. Esto me parece muy bien, pero es totalmente ambiguo y se puede tomar por los ejecutores de cualquier manera. Habría que establecer directrices mucho más claras y estrictas.
  • Se habla también de devolver sedimentos al cauce y de un plan de seguimiento. Esto perfecto.
  • Se insiste también en que se realicen “plantaciones de especies de ribera”. Obsérvese que las tres administraciones implicadas proponen esta “solución”  totalmente discutible y en este tipo de cauces muy inadecuada, como ya se ha comentado.

6) En conclusión, todo lo expuesto demuestra:

  • que se actuó sin contar con todos los trámites necesarios
  • que hay patente de corso para destrozar en Aragón si el territorio no cuenta con figuras de protección
  • que se han cometido graves errores de percepción y comprensión del funcionamiento fluvial, además de un nulo respeto por la geomorfología, que es la base y la estructura del río. 
Que esto sea, por desgracia, lo habitual, no implica que tengamos que permitir que se sigan cometiendo estos errores. La nefasta actuación realizada es una respuesta totalmente fiel a sus propios problemas de base, como hemos visto. Desde luego, la restauración fluvial necesaria en el Osia para recomponer el desaguisado no puede caer en las mismas manos.

jueves, 24 de septiembre de 2020

SEGUIMOS CON EL DESTROZO DEL OSIA: EL SOTO JUAN GIL

Apenas se ha mencionado en las noticias, pero esta actuación, realizada a la vez que la reparación de la carretera, es aún más grave en su ejecución y más dañina para el río Osia. El Soto Juan Gil es un área recreativa con asador y mesas localizada, como su propio nombre indica, en la ribera inundable del Osia. Desconozco por qué la dirección de carreteras además de reparar la A-2605 ha actuado en esta área recreativa. Posiblemente la razón sea que el cauce que la afecta y han rellenado chocaba frontalmente contra la curva de la carretera. Pero un muro en esta habría sido suficiente (se ha colocado una escollera). El conjunto de acciones realizadas son extrañas, serán ineficaces y muestran una falta de conocimiento del funcionamiento fluvial muy preocupante. No he tenido acceso al proyecto. Todo lo expuesto está basado en observaciones de campo.

En este esquema sobre ortofoto se observan todas las actuaciones realizadas.

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-Se ha excavado el cauce activo a lo largo de 700 m, aplanándolo y extrayendo una gran cantidad de material sedimentario, destruyendo todas las morfologías superficiales y rompiendo la coraza. Ello está provocando ya, en los primeros días tras la actuación, un observable inicio de erosión remontante, que irá afectando progresivamente al fondo del lecho hacia aguas arriba (flecha morada).

-Se ha levantado un dique de defensa de al menos 3 m de altura, con refuerzo de escollera en varios tramos, bordeando la margen derecha de dicho cauce. Con ello se reduce considerablemente la sección efectiva del cauce, por lo que las próximas crecidas circularán con gran velocidad y energía, pudiendo destruir la propia defensa en algún punto. Pero, sobre todo, va a resultar muy peligroso el punto en el que termina la zona de actuación, en el que el río podrá desbordarse, afectando a un tramo de carretera especialmente bajo topográficamente.

-Con parte de los materiales extraídos se ha rellenado un cauce activo de 300 m de longitud que era el principal entre 2015 y 2020 y secundario o principal anteriormente (ver fotos aéreas más abajo). El relleno supera los 2,5 m e incluso el nivel topográfico del "soto", como puede observarse en la fotografía inferior. Con esta acción se destruye una vía fundamental de evacuación del agua en crecida.

-Se ha rellenado un segundo cauce aguas abajo de la curva de la carretera, sobreelevando el terreno de forma similar a la del cauce rellenado 1. Esta actuación generará importantes consecuencias negativas en el punto de salida del tramo intervenido.

En suma, todas las actuaciones son muy negativas, destruyen la geomorfología fluvial e incrementan la peligrosidad y el riesgo en vez de reducirlo. En especial la simplificación de un cauce extenso y trenzado en un cauce estrecho y simple es una notable irresponsabilidad, por la destrucción de una tipología fluvial que se encuentra en peligro de extinción en toda Europa, por el incremento de la peligrosidad que origina y por los procesos de incisión y erosión remontante que desencadenará en los próximos años. Es imprescindible destruir las actuaciones realizadas y reconstruir la geomorfología previa del cauce en toda su complejidad.

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Cauce rellenado 1


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Foto aérea de 1956. El cauce rellenado 1 es muy activo y más sinuoso que el actual.

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Foto aérea de 2001. El cauce rellenado 1 es claramente secundario y parece haber perdido bastante actividad.


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Foto aérea de 2006. El cauce rellenado 1 sigue siendo un cauce secundario poco activo aunque parece más activo que en 2001 por alguna crecida.

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Imagen aérea de 2015. El cauce rellenado 1 es secundario y está seco en aguas bajas. Presenta un nivel de actividad similar al de 2006. Los sedimentos parecen renovados por la crecida de octubre de 2012.

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Imagen aérea de 2018. El cauce rellenado 1 es principal y rectilíneo, posiblemente desde algún evento extremo entre 2015 y 2018.

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Imagen aérea de 2019, anterior a la crecida de diciembre. El cauce rellenado 1 sigue siendo el principal en aguas bajas, con una fisonomía idéntica al año anterior

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Parte final de cauce rellenado 1


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Cauce rellenado 2

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Defensa

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Panorama de la parte de aguas arriba de la actuación

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Arranque del cauce rellenado 1

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Arranque de la actuación y punto donde se inicia e irá avanzando la erosión remontante

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Para colmo, aguas abajo de las actuaciones se ha dejado un depósito de materiales extraídos sobrantes de unos 1.500 m3 preparados para ser recogidos. Habría que devolverlos al río en las obras de restauración necesarias.




jueves, 17 de septiembre de 2020

DESTRUCCIÓN DEL CAUCE DEL RÍO OSIA PARA LA REPARACIÓN DE UNA CARRETERA

Una nueva chapuza destructiva que debemos denunciar con urgencia. Se ha destruido el cauce del Osia en varios centenares de metros de forma totalmente exagerada e injustificada, tal como puede observarse en las siguientes fotografías realizadas hace unos días por Juan Mérida.

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Los hechos

Como consecuencia de las lluvias y de la crecida del río Osia en diciembre de 2019, se descalzó la escollera de protección de la carretera A-2605 y se abrió una grieta en el piso de la misma en unas decenas de metros, lo que obligó a restringir la circulación en un carril. En conjunto, el área afectada no alcanza el centenar de metros y se localiza en una curva entre los km 2 y 3 (actualmente km 38,25), donde confluye el barranco Bartobal y en las proximidades de la borda de Artal (T.M. de Aragüés del Puerto).

 

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La curva afectada y el descalce registrado. Fotos en Pirinews (https://www.pirinews.es/urgen-la-reparacion-de-la-a-2605-de-acceso-a-aragues-del-puerto-y-jasa/)

 

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En febrero de 2020 el departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón solicitó a la CHE autorización para actuar como “obras de conservación”. La CHE pidió en mayo un informe al INAGA, que todavía no ha sido emitido. Sin embargo, las obras se iniciaron en verano y se han concluido en septiembre de 2020 sin contar con todos los trámites administrativos.

 

A primeros de mayo el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda anunciaba que se iba a intervenir "de manera inmediata" con un importe de 340.000 euros (Heraldo de Aragón, 06/05/2020). Precisó que los trabajos afectarían a cien metros y servirían para reconstruir el terraplén, consolidar el talud, restituir la plataforma de carretera perdida y reconstruir el ancho de la calzada, con una duración total de cinco meses y ejecutadas por la empresa Santiago Angulo Altemir, S.L.

 

En septiembre de 2020 la Dirección General de Carreteras ha explicado que las obras, ya realizadas, han consistido en la “retirada del material aportado por la crecida del río, saneado del talud, consolidación y colocación de una escollera hormigonada”, además de otras en el propio firme de la carretera, y que además “se ha reconstruido un espigón para mantener la corriente hidráulica y preservar el área recreativa Soto Juan Gil” (Jacetania Express, 16/09/2020).

Las consecuencias

En septiembre de 2020 hemos observado que las actuaciones han destruido totalmente el cauce natural del río Osia en un tramo muy superior al afectado y han ido mucho más allá de lo hasta aquí expuesto. Se han realizado sin las autorizaciones pertinentes y sin establecer ningún tipo de restricción o cuidado ambiental y, al parecer, todos los materiales, y más que los necesarios, se han obtenido del cauce activo del río, destruyendo totalmente su geomorfología natural en varios centenares de metros, como se observa en las fotografías. 


Desde varios colectivos medioambientales y fluviales vamos a denunciar esta actuación y vamos a exigir responsabilidades, tanto por acción (Dirección General de Carreteras) como por omisión (INAGA, CHE). 


Una vez más se ha constatado el desprecio por la geomorfología fluvial, la desprotección de la geodiversidad, la falta de respeto por la dinámica del río y la ausencia total de adaptación al medio natural en las soluciones adoptadas.


El río Osia ya había sido dañado en años anteriores por diversas actuaciones de mejora de esta carretera, cuyo trazado en varios tramos no se adapta adecuadamente a las condiciones del terreno en el fondo de valle por el que circula. Pero la presente actuación supera todos los límites y requiere una contestación clara y contundente para que se corrijan los daños generados en el río y no se vuelva a repetir en el futuro una acción similar.


Hay que tener en cuenta que este río fue planteado en toda su longitud como Reserva Fluvial en el borrador del PH de 2013, dado el gran valor del mismo, y constituye una única masa de agua que en la mayor parte de su recorrido cuenta con figuras de protección.


Exigencia de responsabilidades y de restauración


Desde este blog solicito que se reconozcan públicamente los errores cometidos al destruir un cauce de forma desproporcionada y salvaje, explicando a la sociedad por qué no se debería volver a actuar así y asegurando que no se volverá a hacer. Es fundamental la pedagogía contra este tipo de acciones de impacto ambiental injustificado. La sociedad no puede seguir acostumbrándose a estas malas prácticas.


También demando que se restaure con la máxima urgencia y con rigor científico-técnico (apoyado en estudios previos y proyecto) el cauce del río Osia. Esta restauración deberá suponer la devolución de sedimentos al cauce para evitar futuros procesos de incisión, además de la adecuada reconstrucción de las morfologías naturales del cauce que existían antes de la actuación.



lunes, 23 de septiembre de 2019

DE NUEVO BARRA LIBRE PARA LAS CHAPUZAS DE EMERGENCIA EN CAUCES

Me producen estupor un par de guindas colocadas en el Real Decreto-ley 11/2019, de 20 de septiembre, por el que se adoptan medidas urgentes para paliar los daños causados por temporales y otras situaciones catastróficas.

No me producen estupor porque me extrañen, son más de lo mismo, sino porque me harta que ya a finales de 2019 sigamos sin aprender. Una vez más cuando sucede un evento natural extremo sale a flote toda la imbecilidad humana.

El decreto está muy bien en muchos aspectos (reparaciones diversas, indemnizaciones, seguros, etc.), pero tiene este par de coletillas que son las que un año más permiten destrozar cauces impunemente, una destrucción avalada y justificada por el propio gobierno. Este es el artículo 12:

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Lo subrayado otorga patente de corso para destruir cauces, con ese mantra sin sustento científico alguno de la disminución de la capacidad de desagüe, ese esfuerzo de la ingeniería rancia y obsoleta por permanecer en su ineficacia abocando a los cauces a graves daños y una incisión imparable cuyas consecuencias sus ejecutores ni imaginan. Y la eterna demonización de la erosión, y la justificación de unas defensas que agravarán sin duda las situaciones de riesgo. En fin, el desastre de siempre. Y, por supuesto:

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Las chapuzas quedan exentas de evaluación de impacto ambiental. Es curioso que el propio gobierno le llame a este procedimiento "trámite".

¿A esto llaman transición ecológica?

lunes, 10 de junio de 2019

SEGUIMIENTO DEL ARBA DE LUESIA

Después de lo expuesto en comentarios anteriores sobre el río Arba de Luesia, hemos realizado un seguimiento de su evolución. No ha habido ninguna crecida que recompusiera y renaturalizara el cauce. Afortunadamente desde el organismo de cuenca ha habido sensibilidad ante el problema y han realizado algunas intervenciones de mejora que agradezco enormemente. Me entrevisté con ellos, debatimos, analizamos el caso y buscamos posibilidades de mejora. Siempre lo hará mejor el río con una crecida, pero se han podido reconstruir formas y canales que pueden ayudar a que el río se recupere. Ahí continuamos con el seguimiento, visitando periódicamente el Arba de Luesia a ver qué va pasando. Reitero mi agradecimiento a Comisaría de Aguas y a los técnicos de Confederación, por su muy buena disposición y muy buen trabajo, y confío en que a partir de ahora se controlen más estas actuaciones en cauces y se ejecuten lo menos posible, que no se atiendan tantas demandas injustificadas en relación con las secciones de desagüe.

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Sugerencia de trazados que se hizo a los técnicos y se han intentado reproducir por estos. Área del puente de la carretera Luesia-Uncastillo (arriba) y área aguas arriba de Rivas (abajo).
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Proceso de trabajo reconstruyendo cauces secundarios laterales.
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Resultado de las actuaciones de mejora. Pueden compararse con las imágenes recogidas en: http://river-keeper.blogspot.com/2019/01/visita-al-masacrado-arba-de-luesia.html

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Dos imágenes del proceso de recuperación en el tramo de Rivas

domingo, 27 de enero de 2019

VISITA AL MASACRADO ARBA DE LUESIA

Hoy por fin me he podido acercar al Arba de Luesia, de cuyo dragado hablábamos hace unas entradas: http://river-keeper.blogspot.com/2018/12/destrozado-el-arba-de-luesia.html (por cierto, muchas gracias a Joaquín y Stefan por sus comentarios).
La situación es desoladora y no se ha realizado ningún tipo de restauración como solicitábamos en este blog. El siguiente paso es la denuncia penal. Esta vez la voy a realizar porque no podemos seguir permitiendo estos desmanes y hay que actuar ya y con la máxima contundencia.
Nada más que decir, las imágenes lo explican todo.

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Dragado y acumulaciones en márgenes en el Arba de Luesia. Vista hacia aguas arriba desde el puente de la carretera Luesia-Uncastillo. Reserva Natural Fluvial.

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En esta zona se han insertado estaquillas de sauce siguiendo una línea, parece que pretendiendo ayudar a colonizar y estrechar el cauce. Es el colmo de la burrada. ¿Objetivo? ¿Tenemos que seguir aguantando que se dilapide el dinero de esta manera? Solicito la devolución y recolocación de todas las gravas y también la eliminación de esta ridícula y muy negativa plantación.

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Detalle del destrozo en margen izquierda

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El desastre se prolonga aguas abajo del puente. Son kilómetros de actuación, un atentado que por desgracia no es la primera vez que se ejecuta en estos cauces. Esperemos que sea la última.

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30 km aguas abajo seguimos en el Arba de Luesia, en las inmediaciones de Rivas. También aquí han disfrutado destrozando el lecho con las maquinitas. Responsabilidad de quienes lo han autorizado y pagado.

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Este es el tramo destrozado (imagen en Google Earth anterior a este último destrozo): un cauce trenzado de gran valor geomorfológico, aunque en este caso sin figuras de protección.
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La masacre del Arba de Luesia supera el kilómetro de longitud en este sector.

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El colmo lo encontramos en el puente de Rivas. Vista hacia aguas arriba.

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Y aquí hacia aguas abajo

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Hasta aquí hemos llegado
NUNCA MÁS!!!
Restauración ya!!!