En este blog todos los días son el Día del Rol Gratis, así que en lugar de celebrar este día como la gran mayoría de la gente ha hecho, he decidido publicar al día siguiente en lugar del mismo día.
No es que ese día esté mal, fui uno de los primeros que publicó un pack de cosas gratuitas en España este día, cuando casi nadie hacía nada, pero cuando todos hacen algo el deber de un artista es llevarles la contraria.
Así que aquí tenéis, una idea para introducir algo de ambientación en vuestras partidas, y quizás, un gancho para una o varias aventuras. Dejadme presentaros la Tienda de Mascotas, Familiaries y Acompañantes de Kelpipdeep.
Cuando alguien acude a un mercado, o de compras al distrito comercial de alguna gran ciudad, suele hacerlo para comprar comida, bebida, hierbas o algún objeto de menaje del hogar. A veces incluso algún pequeño objeto mágico o ganado. Pero la gente no suele relacionar los mercados con animales salvajes.
Eso ha cambiado con la llegada a la ciudad de la Tienda de Mascotas, Familiares y Acompañantes de Kelpipdeep. Kelpipdeep no es realmente el dueño de la tienda, ni mucho menos de las numerosas tiendas que recientemente se han abierto en otras muchas ciudades como ésta, pero sí es el que tuvo la idea original, y con ella, la posibilidad de montar un imperio comercial que se extiende a lo largo y ancho de los reinos mediante un sistema que él ha llamado, franquicias.
Kelpipdeep viajó mucho en su juventud, tuvo su dosis de aventuras, asaltando la Mazmorra del Rey Funghi, mapeando el Bosque del Corazón del Desierto Infinito, o escalando hasta el Pico de de las Nieves Eternas para penetrar en el Reino Perdido de los Enanos de Hielo. Disfrutaba de esta vida y se le daba bien. Pero con treinta años algo pareció cambiar en su interior. Decidió retirarse, buscar una pareja (sus gustos por los elfos han sido ampliamente comentados en el círculo social en que se mueve, aunque su riqueza asegura que no es juzgado socialmente por ellos), y vivir de forma menos arriesgada.
Bueno, algunos de estos sueños se cumplieron, otros no tanto, porque la forma en que eligió ganarse la vida le llevó a tener que volver correr aventuras de nuevo, esta vez, para levantar su negocio y satisfacer a sus cada vez más excéntricos clientes.
Bien, la idea que tuvo era bastante simple. Durante sus aventuras había visto a numerosos compañeros encontrar monturas exóticas, familiares mágicos y mascotas extrañas. Diablos, Agrot, el Corto incluso ató a unos fephits de humo a sus pertenencias y cada vez que alguien intentaba robar alguno de sus objetos estos montaban un buen jaleo.
Pero, ¿y si alguien no acostumbrado a correr aventuras quería tener una mascota especial, o un mago ya retirado quería un familiar y no disponía del tiempo de buscarlo? Alguien debería buscarlo por él.
Los primeros años fueron duros, muchos viajes a lugares lejanos siguiendo rumores de alguna criatura legendaria o buscando satisfacer algún encargo. Pero su habilidad y la de sus ayudantes en capturar, transportar y educar a animales y criaturas pronto le hizo ganarse un nombre.
Kelpipdeep buscaba cualquier tipo de mascotas por encargo y las domaba o adiestraba para sus futuros dueños. También disponía de un amplio catálogo manuscrito que se hizo famoso y en el que se podían elegir algunas de estas criaturas y de un par de locales donde exhibía los animales más comunes para niños o damas de la corte. Aquella vez que un faery dragon se escapó de su jaula por un descuido y hechizó a un par de hijas de comerciantes no fue para nada algo gracioso, sobre todo para los magos que tuvieron que eliminar las berrugas cantoras de sus bellos rostros.
El negocio creció, y pronto más y más de sus ayudantes se independizaron y, a cambio de pagar un diezmo a Kelpipdeep, ampliaron el negocio y la riqueza del antiguo aventurero.
Ahora, en numerosos mercados de los reinos existe una pequeña tiendecita repletas de animales y plantas semiconscientes, donde existe un libro con preciosas ilustraciones de las más diversas criaturas.
Allí, los nobles, magos retirados y comerciantes acomodados pueden acudir y encargar desde un pseudodragón, a treants amaestrados, pasando por cachorros de grifo, lechuzas gigantes, coalts y lo más demandado, uniponis, una pequeña variedad de unicornios que sólo Kelpipdeep sabe donde encontrar.
Los jugadores pueden recibir el encargo de alguno de los franquiciados de Kelpipdeep de localizar alguna criatura esquiva o rara, o cruzarse con alguno de los grupos de buscadores que trabajan para ellos y que podrían interferir en los planes de los propios jugadores durante algunas de sus misiones. Estos grupos suelen estar formados por aventureros retirados, pero son también peligrosos y curtidos, no os dejéis engañar.
