miércoles, 18 de mayo de 2011

Levando anclas...




Me mudo a León a primeros de Junio. Comienzo una nueva aventura con e{_Az_}, hay muchos proyectos y mucha ilusión. Me llevo un poco y dejo mucho atrás, pero hay cada vez más puertas que se abren y por otro lado, el cariño que me demuestran en las despedidas es un estímulo para caminar, para seguir caminando.

Gracias a todos los que me preguntais qué es de nuestra vida, estamos vivos y bien. Seguiremos informando, besos a tod@s.

viernes, 18 de marzo de 2011

Mindfuck Music

Hace un par de días lulla{_Az_} colgaba en su perfil de Facebook una pequeña producción musical que le regalé hace unos años, nacida de una de mis ideas chifladas de unir música y BDSM. El enlace por algún motivo no le funcionó, así que la colgué en mi propia página de Soundcloud. Acabo de caer en la cuenta de que, claro, ha aparecido en el reproductor que hay a la derecha de esta página. Hacía tiempo que no lo escuchaba, y haciéndolo de nuevo pienso que ya que está ahí puede que a alguien le guste.

No destriparé demasiado lo que ahí ocurre, pero hay una situación estresante, un teléfono móvil sonando a intervalos ¿regulares? en una habitación de hotel, unos ojos vendados, un pequeño micrófono de condensador conectado a una grabadora digital activada por el sonido...

Mindfuck.

El resultado, destilado, concentrado, pasado por la batidora de mi viejo estudio doméstico (cuántas vueltas ha dado la vida desde entonces), y aliñado con samples y sintetizadores varios es:

Toco a Lulla by Azrael Arcangel

martes, 8 de febrero de 2011

Casa de Azrael en Radio Nacional de España

El programa Afectos de Radio Nacional de España tuvo a bien ocuparse del "sadomasoquismo" al hilo del escándalo suscitado por el directivo de la Fórmula 1 Max Mosley. Ante lo que parecía que iba a ser más de lo que los medios acostumbran, levanté el teléfono y me permitieron entrar en directo durante todo el último tercio del espacio.

Abajo enlazo el link al podcast del programa:

Afectos - 08/02/11

domingo, 12 de diciembre de 2010

Calendario de Santas de Hoy Mismo de Metol4

Encuadrado en las Jornadas Inmakuladax se presentó este fin de semana en Metol4 el Calendario de Santas de Hoy Mismo, encarnadas en una selecta representación de bellas del BDSM, el post porno y el mundo swinger capitalino, petrificadas por el ojo de la camára de Rafa Montesinos.

Rafa y Maite, anfitriones de esa cueva donde la imagen, la poesía, y la depravación se dan la mano al grito de "¡sin cultura no hay perversión!" (Rafa dixit), y Ponce y su Dueña Akhesa como agitadores de la entrepierna de un Madrid que empieza a recuperar la líbido, están consiguiendo que Metol4 se consolide como espacio libre e independiente donde cualquier cosa puede suceder...por delante y por detrás de la cámara.

Quiero hacer desde aquí un llamamiento a quienes esto lean para que ayuden a que la tirada de 500 ejemplares del Calendario se agote cuanto antes y contribuyan así, no sólo a sostener uno de los lugares más cachondos de esta parte del planeta, sino también a que exista una posibilidad, por remota que sea, de que mejore un poco la calidad del chorizo con que Rafa nos obsequia a horas en que ya no nos quedan fuerzas para defendernos :)

Hagan click en la foto de la derecha y les llevará a la web shop de Akhesa, donde se puede contemplar un slide show del calendario, y adquirir tan histórico documento gráfico. Estírense.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Amor, Protocolos y Paletas de Pinchos

Por algún motivo que se me escapa, esto del BDSM parece ser difícil de entender incluso para muchos de los que se dicen parte de este planeta del Sistema Fetichista. Conozco a una encantadora pareja sadomasoquista quienes me comentaban hace algún tiempo su irritación por el hecho de que en fiestas y reuniones muchos suelen dar por hecho que él, masoquista, es también sumiso de ella, cosa muy lejos de la realidad. Por otro lado, observo que hay quien se presenta como “sumisa” cuando su único contacto con la sumisión parece ser su alegre disposición a ofrecer su figura a su novio del alma para que la perfore con los más variados objetos punzantes mientras ella proclama su amor eterno a golpe de chorros de hemoglobina, y se extraña y/u ofende cuando topa con gente que gusta de alguno de los variados ceremoniales de la D/s y espera de ella que los entienda en base a su autoproclamada condición de “sumisa”.

Debería ser evidente para cualquiera que Sado Masoquismo y Dominación Sumisión son dos cosas diferentes, a pesar de compartir acrónimo y a menudo coexistir en una misma relación, pero por lo que parece, no es así. A veces pienso que el motivo es que en español no existe el concepto anglosajón de “top” y “bottom”, que sería lo correspondiente en una relación SM, como contraposición a Dom/sub u otras etiquetas más o menos esotéricas de la D/s. Esto lleva a confusiones como las arriba mencionadas, y acaba en que la joven masoquista ocupe parte de su tiempo de cicatrización en despotricar contra las costumbres de un mundo D/s que le es ajeno y, según su personal criterio, ridículo por ocuparse de ceremonias y protocolos en vez de llenar de chinchetas un salvaslip y sentarse en las rodillas de su churri, tan ricamente.

Parece que se quiere ignorar lo fundamental, y es que todas las letras que conforman las siglas BDSM se refieren a fetiches íntimos, y que es tan respetable el uso de normas de comportamiento que marquen la distinción entre Amos y esclavos como sentirse divina en el papel protagonista de una escenificación de la Fiesta de la Matanza. Lo que es obvio es que ambas cosas son potestativas, faltaría más, y el que en un momento dado se sienta ofendido por una u otra práctica quizá se esté él (o ella) equivocando de lugar. Si no le resulta excitante, o sugerente, o sensual, o le erotiza de algún modo, y no es su fetiche, o su parafilia, como antes se decía, burlarse de ello demuestra una catadura intelectual a la altura de la de los que gustan de reirse con chistes de mariquitas.

Lo irónico del asunto es que los orígenes de los protocolos sociales en el BDSM están en los mecanismos que surgieron en el mundo leather precisamente para distinguir a aquellos que pertenecían a la comunidad, y aceptaban sus reglas, de los advenedizos de fiabilidad aún sin confirmar. Los que se burlan de estas convenciones, que en parte perviven y algunos creemos que sería conveniente preservar de algún modo, ignoran que han tenido un papel fundamentamental en posibilitar que lo que ahora se llaman “sexualidades alternativas” pudieran salir a la luz pública en tiempos mucho más difíciles y represivos que éste.

Anda que no nos queda camino por recorrer…

domingo, 14 de noviembre de 2010

Sesiones II: ¿Una ética de la transgresión?

No sé si a estas alturas se me nota, pero me preocupa bastante la ética de la transgresión. Se escribe mucho sobre los límites de quien se somete, del consentimiento, de sus consecuencias, de dónde está la frontera del maltrato físico y/o psicológico…Por muy abiertos que se muestren los participantes en una conversación pública a prácticas más o menos extremas parece que siempre es posible encontrar algo que transforme la cosa en un avispero (probar con “esclavitud financiera”, casi nunca falla)

En mi caso, me interesa bastante la transformación de la personalidad, que es algo que veo por ahí de vez en cuando calificado como inaceptable. Parece que jugar a los médicos con instrumental quirúrgico resulta para muchos menos inquietante que la manipulación psicológica. No seré yo quién se atreva a comparar el sutil placer que despierta que le digan a uno “me ha cambiado Usted totalmente y aún no acabo de entender cómo lo ha hecho” con el sublime placer estético que debe de despertar la contemplación de unos labios vaginales cosidos por uno mismo (¿se corta el hilo con los dientes? ¿cómo de pervertido se siente uno si tiene que usar gafas de cerca?). Hay fetiches para todos los gustos, o más bien, para todos los disgustos, y el que no lo crea que vea cómo va ya la lista que hay en FetLife y la cantidad de gente que se dice atraída por ellos.

Uno de los rasgos más curiosos de la blogosfera BDSM, sobre todo de la del lado más o menos sumiso, es la preeminencia de un halo romántico que viene a contrastar con el menú basado en hematomas rematado por el omnipresente postre lácteo que parece ser la oferta Dominante más común por ahí. Uno no puede dejar de preguntarse a veces cómo es que llegan a acercarse posiciones tan alejadas como éstas. Para colmo, hace poco una Dómina comentaba en su blog que había podido comprobar cómo algunas parejas de Dominante/sumisa llegaban al extremo de dedicarse a prácticas que en realidad no les resultaban excitantes, útiles ni placenteras a ninguno de los dos porque pensaban que era “lo que se hace en el BDSM”.

Así las cosas, y sobre todo después de ver cómo lo de “Sensato, Seguro y Consensuado” tiene más trampas que una peli de Indiana Jones (y encima casi nadie es tan fino con el látigo), da un poco de vértigo pararse a reflexionar sobre la ética de lo que hacemos algunos en la intimidad. Superado a duras penas el requisito del consentimiento informado, queda la responsabilidad de qué hacer con una situación ética que se caracteriza por el hecho paradójico de que la ética, en realidad, ha dejado de existir. Las relaciones BDSM crean un vacío en el que las convenciones sobre el Bien y el Mal que regulan nuestra vida cotidiana dejan de ser aplicables. Tortura, violencia, humillación…escenificamos en privado cosas de las que abominaríamos en cualquier otro contexto y es difícil no preguntarse a veces en mitad de una sesión si el consentimiento de la otra parte basta en realidad para absolvernos de nuestros actos.

A la hora de la verdad, cuando se dejan sueltos todos los demonios interiores a veces aparecen algunos con los que quizá no contábamos, y del mismo modo que pueden caer límites preestablecidos podemos encontrarnos con que aquellas barreras que creíamos superadas en realidad no lo estaban tanto. No creo que sea posible afirmar con rotundidad que todo esto puede convenirse con completa claridad de antemano, o que existen procedimientos infalibles para conducir sin sobresaltos situaciones de alta volatilidad emocional.

Es por esto que me parece que cualquier valoración ética que se quiera hacer desde fuera de ese espacio íntimo por personas que no hayan participado de ése preciso instante, no sólo carece de sentido, sino que pone en peligro la frágil legitimidad de las prácticas del BDSM, porque desde una ética pública es fácil encontrar argumentos para condenar lo que hacemos….que a fin de cuentas es el Mal, ¿no? ;)

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Sesiones

A propósito de algunas cosas que andan pasando por la blogosfera BDSM, y que tocan tangencialmente a Mi Casa, al menos en lo que se refiere a la utilización de la opinión, sin duda autorizada, de Mi esclava e{_Az_} sobre los Dominantes en general, no puedo dejar de pensar en que quizá sea bueno recordar un par de cuestiones que deberían ser evidentes, pero que parece que no lo son tanto.

Sin entrar en los casos concretos, sobre los que no tengo más información que lo que cuentan unos y otros, veo que se esgrimen como pruebas irrefutables de lo siniestro, desalmado y brutal de los Dominantes a los que se quiere desautorizar el hecho de que tras una sesión quedaran marcas u otras secuelas leves más o menos duraderas. Veo cómo una sumisa, participando del clima de indignación, explica cómo una vez ¡a punto! estuvo de sufrir un desvanecimiento por no tener el irresponsable en cuestión a mano unas tijeras para librarla de sus ataduras con la suficiente rapidez. Veo, en resumen, poca comprensión sobre el riesgo inherente a prácticas usuales en el BDSM.

Repito que no entraré a valorar si los Dominantes mencionados eran irresponsables, brutales y/o desalmados, pero conviene recordar para aquellas sumisas que no hayan acabado de entender bien el origen y sentido de la expresión “Sensato, Seguro y Consensuado” que cuando acceden a mantener una sesión con un Dominante en la que tienen lugar prácticas potencialmente peligrosas como juegos de impacto, o simples ataduras, NADIE puede garantizar que no existan accidentes no deseados, mareos, desvanecimientos repentinos, ni mucho menos que vaya una a salir de las mismas sin un hematoma pertinaz.

Es obvio que salvo aquellos psicópatas peligrosos (que los hay), cualquier Dominante responsable intenta que todo transcurra sin que la integridad física de la sumisa se vea dañada. Por otro lado, creo que puedo atreverme a asegurar que cualquier Dominante con alguna experiencia se ha llevado algún susto que otro por el camino, bien por un error propio, bien por la maldita Ley de Murphy que a veces asoma por donde menos se espera...o inducido o confundido por la propia sumisa.

Es verdad que en todos los casos el responsable de la situación es el Dominante, quien debe asumir dicha responsabilidad en su totalidad. Yo por esto soy bastante cauto con el concepto de palabra de seguridad, dado que descarga parte de esa responsabilidad en la sumisa, quien puede que no se encuentre suficientemente capacitada para evaluar el riesgo en que se encuentra. Hay situaciones potencialmente peligrosas de apariencia inocua, y muchas veces las sumisas están dispuestas a correr riesgos excesivos, o a aguantar más de lo razonable, sin entender bien las posibles consecuencias.

La única forma de minimizar los riesgos es que exista una comunicación fluida antes y durante la sesión. El problema es que me da la impresión de que cada vez se está menos equipado en cuanto a capacidades de comunicación para entablar las negociaciones que son imprescindibles para asegurar en lo posible que los resultados del encuentro sean al menos aceptables para ambas partes. Muchas veces se resuelven las cosas con sobreentendidos, se dan cosas por supuestas, se escucha sólo lo que se quiere oír, y se viven fantasías independientes entre sí en la creencia de que ambas partes hablan de lo mismo. Luego, cuando las cosas se desbocan, es demasiado tarde para hablar, y unas prefieren apretar los dientes y aguantar mientras los otros creen que todo forma parte del guión que ellos mismos habían escrito.

Cuando el resultado no es el que se esperaba, cuando el éxtasis soñado se convierte en miedo, asco o algo peor, hace falta mucha presencia de ánimo para resistir la tentación de reclamar a la otra parte su responsabilidad en el desastre.

Y la cosa es que sí, es cierto que ésa responsabilidad es del Dominante, pero para que lo sea de verdad la sumisa debería haberle cedido la parte que le toca a través de ésa Entrega de la que tan poéticamente se habla, y que no consiste en lanzarse al abismo sin comprobar antes si hay o no una red, sino en depositar en Él su confianza después de haberse asegurado de que es suficientemente merecedor de ella, y aceptar las consecuencias de cualquier riesgo razonablemente asumido por ambos a partir de ese momento.

Mientras alguna de las partes se limite a ver al otro como un mero comparsa a través del cual realizar sus fantasías será imposible que las cosas puedan funcionar. Para evitar eso no hay otro camino que entablar una relación que debe ser antes que nada una relación entre personas, y no entre roles. Para eso hace falta tiempo, y contacto personal. De esa forma, cuando algo sale mal, o cuando alguien comete un descuido (¡las tijeras!), o cuando alguien se deja llevar por el momento y hiere, o se deja herir, los mecanismos para solucionarlo podrán ser los que deberían regular las relaciones entre adultos responsables: el diálogo, la comprensión, el perdón…o la separación civilizada, que es aquella en la que cada uno se lleva guardados en la maleta sus propios errores, y no los del otro. Y si no, y las cosas se han ido de las manos de forma que no hay reparación posible por esa vía, están los tribunales, que es el mecanismo que pagamos entre todos para eso.

Si cada vez que un intento mal planteado falla alguien pone en marcha el ventilador sin más resultado que salpicar odio, resentimiento, amargura, dolor y decepción a los cuatro vientos sin el menor atisbo de autocrítica, no ayuda a evitar que eso le pueda pasar a otros…ni a sí mism@.