En Explore the History of the Ringtone hay toda una historia de los teléfonos pero, más que eso, de los tonos de llamada que los acompañaban: desde campanas y sonidos mecánicos en el siglo XIX hasta los éxitos pop de la actualidad. Junto a cada modelo puede hacerse clic para escuchar cómo sonaban originalmente. Es todo un viaje al pasado. [Nota: el volumen es un tanto cambiante de unos tonos a otros, así que dale caña. Algunos parece que ya no funcionan o no se han encontrado y no están disponibles, pero la idea en cualquier caso está genial.]
Desde la primera llamada telefónica allá por 1876 estos sonidos han acompañado a las llamadas como sonoros aviso para los operadores y los usuarios. Los primeros eran literalmente campanillas que sonaban al hacer girar una manivela. Luego con los modelos de sobremesa se usaban sencillos circuitos eléctricos y en la década de los años 1960 se convirtieron en sonidos electrónicos con mayor sofisticación.
No fue hasta los años 80 y 90 del siglo XX cuando los teléfonos inalámbricos y móviles permitieron usar melodías programadas. A finales de los 90 y ya en los 2000 los tonos de llamada pasaron de ser algo accesorio y necesario a ser una moda y casi un entretenimiento de masas.
El Nokia Tune fue uno de los más destacados; modelos como el Nokia 3210, el 3310 o el 1100 permitían cambiar de melodía e incluso a mediados de los 2000 y bien entrados los 2010 existió un mercado de «venta de melodías» bastante jugoso que hacía uso de la música más popular (esas empresas solían ser demasiado laxas con los derechos de autor, y eso se convirtió en caballo de batalla para artistas y discográficas).
Con la llegada del iPhone y los smartphones modernos los tonos de llamada se convirtieron en fragmentos de canciones con audio de calidad, a cual más distintivo y peculiar. Se podía cambiar de tono según las fechas (Navidades, celebraciones deportivas…), extraer fragmentos de películas o usar instrumentos a cual más extraño. En ese momento, instalarse tonos antiguos con ring ring campanillero se convirtió también en una moda retro. El ser humano, que nunca sabe en qué época quedarse.
